Convivir con respeto en la discrepancia, no viendo ‘enemigos’ en los discrepantes o disidentes
Pues ocurre que tal vez podríamos entendernos, y al menos empezar a saber por qué no estamos de acuerdo realmente en algunas cosas. Porque muchos desacuerdos se deben a los estereotipos que nos impiden conocernos mediante la experiencia directa de cómo somos y sentimos, y nos someten a los esquemas impuestos por la presión social. La experiencia personal queda sustituida o desvirtuada por los prejuicios dominantes, la sobrecarga de información nos obnubila y abruma, e impide la auténtica comunicación…
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