Se está debatiendo –incomprensiblemente- extraer del currículum académico el estudio de la filosofía. Los filósofos han entrado en cólera, y no me extraña. La palabra “filosofía” proviene del griego antiguo y aúna dos concepciones: “philo” amor a y “sophia” sabiduría. Etimológicamente, pues, filosofía significa “amor a la sabiduría” y los filósofos se dedican, principalmente, a procurar hallar cómo vivir y morir en este tránsito efímero en la tierra con algo de sentido, con algo de sabiduría.
¿Cómo es posible que nuestro sistema educativo se niegue a semejante necesidad humana?
La sabiduría que debería haber circulado libremente por todos los ámbitos sociales, ha sido constreñida durante años a ciertos departamentos académicos. Y ahora, ni siquiera eso. A los jóvenes les puede parecer la filosofía irrelevante, aburrida y una pérdida de tiempo. Sin embargo, su intención es esencial: que aprendamos a pensar por nosotros mismos, que tengamos pensamiento crítico para no engullir lo que nos cuentan ya masticado desde los medios de comunicación.
Saber cuestionarnos ¿Es verdad lo que se dice sobre el amor, los hijos, el dinero, el trabajo…? Para la filosofía no existen verdades absolutas, aunque hayan sido aceptadas socialmente desde hace años. De hecho la filosofía es siempre la pregunta, nunca la respuesta…
La psicología tiene sus raíces en la filosofía, que siempre se ha preguntado sobre la naturaleza del alma y de la mente. Gran parte de los profesionales de la psicología estamos de acuerdo en que hemos de fomentar tanto valores como una cierta introspección y espiritualidad entre las generaciones actuales y venideras porque la falta de asideros y la superficialidad (producto de las redes sociales), está produciendo un vacío existencial que lanza a los jóvenes al abismo.
La filosofía en la educación puede aportar inquietud y curiosidad por la existencia humana a una buena parte de estudiantes que después fomenten conversaciones enriquecedoras a su alrededor. No emulemos los estilos de vida de otros países que enriquecen intelectual y culturalmente a sus élites, y dejan a la mayoría con menor raciocinio para deliberar sobre su existencia en este mundo, generando colectivos cada vez más maleables y dirigibles…
¿Es esto lo que queremos para nuestros descendientes?
“La filosofía intenta instituir nuevos tipos de jerarquía basados en conjuntos de valores no reconocidos y críticos con la mayoría actual. Mientras mantiene un firme control sobre la distinción entre éxito y fracaso, bueno y malo, vergonzoso y honorable, se esfuerza por remodelar nuestro sentido de lo que podría eregirse como legítimamente correcto. Así, ayuda a las generaciones a no adscribirse a los cánones sociales de éxito. Vista así, la filosofía puede proporcionarnos un conjunto de recordatorios de que hay más de una forma de triunfar en la vida.”
Extracto de la reflexión “Business and Philosophy” del filósofo y divulgador Alain de Botton.
Ilustración de Jean-François Martin del libro “The Memory Elephant”, de Sophie Strady.
Meditación recomendada: Nº 05. «Conscientes de ser conscientes«
Meditación para cultivar la apertura sin juicio ante todo lo que aparece en nuestra consciencia como observadores imparciales de la experiencia, sin etiquetar y sin contarnos historias sobre lo que experimentemos. Abrimos un espacio desde la curiosidad hacia todo lo que nos presenta la mente. Fomentamos, así, la intuición y el conocimiento sobre nosotros mismos. Buena práctica…
Fuente: Psike.es