Valencia 21/12/23. La economía académica moderna está muy interesada en la eficiencia económica pero también, cada vez más, en la equidad, de ahí que la investigación se escora a este tipo de preocupaciones entre las que se encuentra el cambio climático. En su conferencia “Aproximaciones para abordar el cambio climático: la Unión Europea, Estados Unidos y China”, Xavier Labandeira, catedrático de Economía en la Universidad de Vigo y director del centro de investigación Economics for Energy ha abordado la perspectiva económica del cambio climático y las distintas aproximaciones para su solución, así como al papel del sector empresarial en estas estrategias. Labandeira ha participado en la última sesión del año del XXXIII Seminario de Ética Económica y Empresarial de la Fundación Étnor que este curso lleva por título “Empresa y Democracia”.
Visión económica del cambio climático
El gran problema del cambio climático tiene una naturaleza de fallo de mercado, de eficiencia y de mala gestión de un recurso escaso, explica Labandeira. Y es un problema que tiene un importante componente de equidad por tres razones: en primer lugar, porque es causado por los que tienen más capacidad económica. Además, los impactos muchas veces tienen un gran componente distributivo, “los datos indican que las responsabilidades de emisiones están muy correlacionadas con los niveles de renta”, afirma el ponente. Y, en tercer lugar, porque las políticas públicas están diseñadas para resolver ese problema de eficacia, buscan reducir las emisiones, no la justicia distributiva. No obstante, apunta Labandeira, “tenemos medios para contrarrestar esos posibles problemas distributivos derivados de las políticas públicas”.
El cambio climático es una “externalidad”, el fallo de mercado por excelencia que requiere intervención pública, y tiene una serie de características que lo hacen difícil de gestionar: es global, tiene un carácter inter temporal muy amplio (muchos de sus beneficios serán futuros y los costes son presentes) y otra característica es su irreversibilidad.
Afrontar el cambio climático pone sobre la mesa dos grandes cuestiones: la mitigación (reducción de las emisiones) y, cada vez más, la adaptación, expone el ponente que identifica dos grandes preocupaciones: los elementos extremos (el incremento de las temperaturas) y los efectos de retroalimentación (que pueden derivar en pérdida de control del sistema).
Arquitectura internacional
Identificado como problema desde la década de los 80, el calentamiento climático es un asunto global que debe ser abordado globalmente. Es a principios de los 90 cuando se alcanza el Acuerdo Marco de Cambio Climático que pone en funcionamiento los distintos instrumentos legales y procedimientos vigentes hoy. Xavier Labandeira se ha referido al acuerdo de París de 2015 que, tras el fracaso de Kioto, es el marco legal en vigor en la actualidad y que el conferenciante considera “el mejor acuerdo que podíamos tener dadas las características del problema y su aspecto global”, porque frente a exclusiones de su precedente, todos los países participan del Acuerdo de Paris que parte, además, con objetivos claros (incremento de dos grados de la temperatura global) y que establece mecanismos internos de flexibilidad para que a los países se les reclame nuevos objetivos y nuevas políticas. Un segundo aspecto importante de esta arquitectura internacional son los mecanismos de financiación para facilitar la mitigación a los países en vías de desarrollo, y también la adaptación.
El 80% de nuestro sistema energético depende de combustible fósil, es responsable fundamental de las emisiones de gas, y las renovables están siendo suplementarias, expone Labandeira, que identifica, como segundo gran desafío, los usos de la tierra y al sector agrícola.
Diferentes políticas
En opinión de Labandeira, la intervención pública -regulaciones, prohibiciones, incentivos e impulso de la I+D- es fundamental. Junto a ella pueden darse aportaciones voluntarias, por ejemplo de las empresas. El ponente apunta a un gran mix de estrategias que incluyan la educación, la concienciación, la información, las aportaciones voluntarias y la intervención pública.
Las políticas contra el cambio climático tienen detractores y defensores, “hay sectores perdedores que seguramente desaparecerán y otros ganadores o que nacerán. Labandeira previene del lobismo de una y otra parte. “El propio sector empresarial tiene que ser inteligente, porque retrasar las cosas que van a suceder nos sitúa en desventaja competitiva respecto a otros países que sí están avanzando”, y ejemplifica esta afirmación con la diferente velocidad en la electrificación de vehículos de Europa y Asia.
Unión Europea, EE.UU. y China
La Unión Europea actúa como un único país con políticas “intensas y bastante sofisticadas y con objetivos ambiciosos”, aunque advierte el ponente que la deslocalización de sectores más contaminantes a otros países explica, en parte, la positiva evolución de la UE. Entre estas políticas, Labandeira destaca las basadas en un mercado de derechos de emisión y la aplicación de un sistema de ajuste en frontera para proteger a los sectores industriales que se enfrentan a los elevados costes del carbono.
Por su parte, EE.UU, pioneros en la creación de un comercio de emisiones que inspiró el europeo, recupera con Biden la apuesta por un gran gasto público para realizar una transición energética vinculada con programas de inversión que acaban, en gran parte, en el sector privado y en la investigación.
China es el principal emisor de ahí su relevancia en la lucha contra el cambio climático. Cuenta con un comercio de emisiones muy potente y programas para la expansión de las renovables y la energía nuclear. La colaboración con EE.UU. para el control de emisiones emprendida hace una año es clave para el avance del multilateralismo tal y como se ha puesto de manifiesto en la Cumbre de Dubai, apunta Labandeira.
En lo que a España se refiere, “país hiper vulnerable y con graves riesgos de desertificación”, Labandeira destaca la disparidad entre las propuestas políticas y su implementación práctica a través de las políticas públicas. Las renovables adquieren un mayor peso, pero el ponente advierte de grandes problemas en otros sectores como el transporte y la agricultura.
Labandeira ha concluido su ponencia haciendo referencia al Libro Blanco sobre la Reforma del Sistema Tributario Español presentado en 2022 que propone, entre otras medidas, reducir la fiscalidad en el ámbito eléctrico e incrementarla en el sector del transporte en todas sus áreas, además de otras propuestas como las relativas al sector aeroespacial y la circularidad.